Leguminosas

El cultivo de leguminosas

Las leguminosas pertenecen a la familia Leguminosae, subfamilia Fabaceae, y se cultivan por su alto contenido en proteína. Las especies más cultivas en España son: garbanzo (Cicer arietinum L.), lenteja (Lens esculenta L.), habas secas (Vicia faba L.), judías secas (Phaseolus vulgaris L.), guisantes secos (Pisum sativum L.), veza (Vicia sativa L.), yeros (Vicia ervilia L.), altramuz (Lupinus sp.L.), algarroba (Vicia monanthos L.), almorta (Lathyrus sativus L.). Aunque la soja también es una leguminosa se incluye, por su contenido en grasa, dentro del aparatado de las oleaginosas.

Las leguminosas tienen un sistema radicular donde predomina el sistema primario, a menudo profundas y casi siempre con nódulos poblados de bacterias del género Rhizobium que asimilan el nitrógeno atmosférico. Sus hojas son compuestas, con flores en racimo y su fruto es en forma de vaina.

Las leguminosas se siembran generalmente en otoño, y su inclusión en las rotaciones de cultivos presenta ventajas agronómicas, como la de mejorar la estructura del suelo y contribuir al saneamiento de los cultivos, además de enriquecer el terreno en nutrientes.

Exigencias del cultivo en suelo y clima

La mayor parte de las leguminosas tienen una gran capacidad de adaptación a las diversas condiciones de clima y suelo. son resistentes a la sequía y están muy adaptadas a las condiciones agroclimáticas de clima mediterráneo seco y continental, aunque agradecen suelos frescos que repercuten en mayores rendimientos.

El Rhizobium sp. está presente normalmente en los suelos españoles, pero si la población de esta bacteria en el suelo sea muy escasa o no exista por la desaparición del cultivo en la zona, convendría inocular la semilla con el Rhizobium sp. adecuado a la especie objeto de nuestra siembra.

Necesidades nutricionales

Para conocer la cantidad de nutrientes que debemos aplicar a nuestro cultivo debemos conocer el nivel de fertilidad o el estado nutricional de nuestro suelo y la extracción de nutrientes que realiza nuestro cultivo (Tabla 1).

Tabla 1. Extracciones medias de nutrientes de las oleaginosas. Guía práctica de la fertilización racional de las plantas. MARM (2011)

Cultivo N P2O5 K2O
Judías Secas 50 20 32
Habas Secas 60 17 45
Lentejas 47 8 12
Garbanzos 45 8 35
Guisantes Secos 43 20 30
Veza 45 15 26
Yeros 36 10 13
Altramuz 85 21 43

Recomendaciones de abonado

Teniendo en cuenta las extracciones y consideraciones que debemos tener sobre el abonado de las leguminosas, presentamos una orientación para la aplicación de nutrientes en base a distintos niveles de la producción esperada, para un suelo de fertilidad media y una precipitación anual del orden de 400 l/m2 (Tabla 2). Para cultivos de regadío las dosis de fósforo y potasio se deberían elevar al menos en un 25 %. 

Normalmente la fertilización se realiza en sementera y es necesario tener especial cuidado con los aportes de nitrógeno para favorecer la nitrofijación simbiótica con Rhizobium japonicum. Para ello, se aportará una pequeña cantidad de nitrógeno en pre-siembra y solamente si se observa falta de nódulos en las raíces, se ayudará con nitrógeno en cobertera.

Tabla 2. Recomendaciones de abonado para los cultivos las leguminosas. Guía práctica de la fertilización racional de las plantas. MARM (2011)

Producción (kg/ha) N P2O5 K2O
Hasta 1.000 10-15 20-30 25-40
1.000 – 2.000 15-20 30-40 35-50
Más de 2.000 20-30 40-70 45-100

Una vez conocida la cantidad de cada uno de los nutrientes que es necesario aportar para nutrir adecuadamente los cereales de invierno, debemos definir el fertilizante que debemos utilizar y para ello Herogra recomienda:

FERTILIZANTES RECOMENDADOS
HEROSOL ORO
FERTIGOTA LENT
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