La fertilización del cultivo de la lechuga
La lechuga (Lactuca sativa L.) es una planta anual y autógama, que pertenece a la familia de las compuestas y su cultivo tiene una duración, desde la plantación hasta la recolección, de 50-60 días para las variedades tempranas y de 70-80 días para las tardías. Presenta una gran adaptabilidad a distintos climas, soportando peor las temperaturas elevadas (máximo 30ºC) que las bajas. La planta de lechuga requiere que haya diferencia de temperaturas entre el día y la noche, siendo su óptimo de crecimiento entre 14-18ºC por el día y 5-8ºC por la noche.
El cultivo de la lechuga es una planta que se adapta bien a todo tipo de suelos, excepto los que tengan problemas de encharcamiento, siendo los más idóneos los ricos en materia orgánica y de elevada fertilidad, ligeros, pH de 6,7 a 7,4 y bien drenados.
La fertilización se realiza para aportar los elementos nutricionales esenciales para el desarrollo del cultivo que el suelo no es capaz de aportar en una cantidad adecuada. Estos nutrientes esenciales se pueden dividir en macronutrientes primarios (Nitrógeno, fósforo y Potasio) y secundarios (Magnesio, Calcio y Azufre) y micronutrientes (Manganeso, cobre, cloro, molibdeno, zinc, hierro y boro), dependiendo de la capacidad de captar cada uno de ellos. Todos los nutrientes tienen papeles diferentes en la planta, pero todos son fundamentales para un desarrollo adecuado y la falta o exceso de alguno de ellos produciría problemas en el desarrollo del cultivo.
Por ello, para realizar una fertilización eficiente, debemos conocer las necesidades del cultivo, es decir, la cantidad de nutrientes que debemos de aportar, teniendo en cuenta la fase fenológica en la que se encuentra la planta. Estas necesidades se corresponden con las extracciones del cultivo (Tabla 1), corregidas en función de diferentes parámetros como el tipo de suelo, las aportaciones que realizan el suelo y el agua de riego y las perdidas asociadas normalmente al sistema de fertirrigación (coeficiente de uniformidad, eficacia de la aplicación y fracción de lavado).
En la tabla 3 se indica el abonado medio recomendado para el cultivo de la lechuga, calculado para un suelo de fertilidad media con un contenido medio en fósforo y potasio.
Utilizar cantidades inadecuadas, inferiores o excesivas de algún nutriente, nos aleja de conseguir el objetivo del abonado que es el adecuar la incorporación de nutrientes a las necesidades de los cultivos maximizando el aprovechamiento de estos.
Una vez conocida la cantidad de nutrientes que debemos aportar, debemos definir cuándo debemos aplicar cada nutriente, para que las aportaciones de estos se adapten adecuadamente a las necesidades. En la tabla 2 se expone la cantidad de cada nutriente que debemos aportar en cada fase de cultivo.
A la hora de aportar los nutrientes, debemos tener en cuenta la interrelación existente entre los nutrientes del medio de cultivo (relaciones de sinergia y antagonismo) y la eficiencia del tipo de fertilizante utilizado. Dependiendo de la eficiencia del fertilizante y del método de aplicación utilizado, podemos calcular la dosis adecuada del fertilizante para cubrir las necesidades del cultivo.
Una vez conocida la cantidad de cada uno de los nutrientes que es necesario aportar para nutrir adecuadamente el cultivo y en los momentos que lo debemos hacer, debemos definir el fertilizante que debemos utilizar.
Para esta tarea, Herogra Group, pone a disposición del agricultor diferentes alternativas nutricionales, altamente efectivas, que se adaptan a cualquier sistema de cultivo. Comenzaremos con las soluciones nutricionales que Herogra Fertilizantes propone para el cultivo de la lechuga, dependiendo del sistema de riego utilizado:
- Riego por surcos – fertilización tradicional. Para este sistema de cultivo Herogra recomienda el uso de los fertilizantes Herosol Oro. Es una gama de fertilizantes sólidos con inhibidor de la nitrificación, fabricados a medida, para adecuarse a las necesidades específicas de cada cultivo y cada ambiente. La aplicación de Herosol Oro asegura una mayor eficacia y rentabilidad en el abonado, consiguiendo un mayor desarrollo y producción en sus cultivos.
A modo orientativo, para una producción media esperada de 35 toneladas/ha y suelo de fertilidad media el plan de abonado del cultivo de la lechuga sería el siguiente:
- Abonado => 800 – 900 kg/ha de HEROSOL ORO OPTIMIZADO 12+6+24 (S)
- Riego por goteo. Herogra Fertilizantes recomienda usar sistemas de fertirrigación, para que el suministro de nutrientes a través del sistema de riego se adapte a las necesidades específicas del cultivo en cada una sus fases de desarrollo. Herogra Fertilizantes cuenta con dos opciones que permiten su aplicación mediante fertirrigación. Por un lado, encontramos fertilizantes líquidos, como la gama Fertigota®, y, por otro, fertilizantes sólidos solubles, como la gama Tecnoplus®.
A modo de ejemplo, en la tabla 4, presentamos un programa de fertirrigación general para el cultivo de la lechuga usando la gama Tecnoplus, para una producción potencial de 35 t/ha en un suelo de fertilidad media, propuesto por Herogra Fertilizantes.
Para la programación de un plan de fertirrigación con una producción esperada, fertilizantes o condiciones de cultivo diferentes, consulte con nuestro responsable de Herogra Fertilizantes en la zona o póngase en contacto con nosotros a través del e-mail departamentoagronomico@herogra.com.