La savia como material de referencia para el diagnostico de la nutrición vegetal


Un diagnóstico correcto de la nutrición de la planta es imprescindible para realizar una adecuada recomendación de fertilizantes. El diagnóstico basado en el análisis de planta se realiza tradicionalmente mediante el análisis foliar. A pesar de la indudable utilidad de dicho tipo de análisis se plantean numerosas limitaciones al emplearlo para una recomendación de abonado.
La lenta respuesta de la hoja a un tratamiento fertilizante no nos permite realizar un diagnóstico precoz, disminuyendo así la eficacia de la correspondiente recomendación de abonado.
El análisis foliar nos da un valor medio desde que se inició el ciclo de cultivo hasta el momento de la toma de muestra, solapándose diversos efectos a lo largo del ciclo de cultivo. Lo que no nos permite conocer, en muchos casos, la relación causa/efecto en el momento de la toma de muestra.
Los niveles de nutrientes en la hoja están influenciados por fenómenos de concentración, debidos a factores limitantes del desarrollo, o bien de dilución, debidos a condiciones del medio de cultivo particularmente favorables.
Por otra parte, el tratamiento de datos de los análisis foliares ha experimentado un desarrollo importante en los últimos años con la aplicación de los sistemas DRIS (Diagnosis and Recommendation Integrated System), DOP (Desviación del Óptimo Porcentual), CND (Compositional Nutritional Diagnosis), etc. Sin embargo, si la muestra está influenciada por los fenómenos antes descritos o no se toma de forma adecuada, dichos sistemas tienen una dudosa eficacia para el diagnóstico de nutrición.
Como consecuencia de todo lo anterior, en muchas ocasiones, se da una falta de correlación entre las variaciones del potencial nutritivo del medio de cultivo y la composición química de la hoja.
Por lo tanto, hay que buscar nuevos métodos de diagnóstico que mejoren o complementen el análisis foliar, como es el análisis de savia.
El material de referencia que denominamos savia corresponde al jugo extraído de tejidos conductores que proviene tanto del xilema como del floema de la planta.
El ideal sería extraer por separado la savia bruta y elaborada, pero en la práctica agronómica, por la necesidad de diagnosticar la nutrición en el día a día de la fertilización de los cultivos, esta separación es imposible desde el punto de vista de la rutina de la recomendación de abonado.
El método ha dado excelentes resultados para interpretar problemas sobre deficiencias y excesos en la nutrición, incidencias de la salinidad, optimización de la fertirrigación para diferentes suelos y sustratos, etc.

Ventajas del análisis de savia

  •  Respuesta rápida a un problema de nutrición del medio de cultivo con la posibilidad de realizar correcciones de la fertilización durante el mismo ciclo de cultivo.
  •  Diagnóstico precoz del potencial nutritivo del medio de cultivo.
  •  Estudio dinámico del proceso nutricional con la posibilidad de conocer alteraciones en la alimentación de la planta por múltiples factores tanto ambientales como nutricionales.
  •  Posibilidad de definir niveles de referencia de nutrientes minerales y de fracciones como N de nitratos y N de amonio.
  •  Proporciona información sobre formas químicas relacionadas con índices de reservas como aminoácidos y azúcares.
  •  Buena relación de los nutrientes en savia con las características de un suelo para conocer la causa de un problema de nutrición.
  •  Control de la salinidad según la tolerancia de cada cultivo.

BIBLIOGRAFIA
La savia como índice de fertilización. Cultivos agroenergéticos, hortícolas, frutales y ornamentales. Carlos Cadahía López y otros. Ediciones Mundi-Prensa. 2008.

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