¿Cómo interpretar un análisis de agua de riego?
Interpretar un análisis de agua de riego es una valiosa herramienta para el agricultor. Esta permite determinar las características químicas del agua de riego, con el objetivo de conseguir un rendimiento óptimo del cultivo, sin producir efectos perjudiciales en el suelo.
Un análisis de agua permite conocer la aportación de nutrientes que se realiza al cultivo a través del riego y las características de éste, lo que ayuda a realizar programas de fertilización adecuados, teniendo en cuenta las necesidades reales del sistema agrícola (suelo-agua-planta). Para ello, los análisis deben realizarse antes de comenzar la temporada de riego/fertirrigación. En muchas ocasiones, las características químicas del agua van cambiando a lo largo del año, sobre todo en parámetros de carácter salino, por lo que es recomendable repetir este análisis de agua periódicamente.
La eficacia del análisis de agua depende, en gran medida, de la representatividad de éste, por ello, debe tomarse especial interés en la toma de muestras. Una muestra representativa debe de ser de alrededor de un litro y tomada en un envase transparente, que no haya contenido previamente ninguna sustancia que pueda enmascarar el resultado (abonos, pesticidas, etc.). El recipiente dónde se tome la muestra debe llenarse completamente, dejando el menor volumen de aire posible en su interior, para evitar modificaciones, de pH principalmente. Si el agua proviene de embalse o río se deberán tomar varias muestras y mezclarlas homogéneamente, y si proviene de pozo deberá tomarse la muestra pasado un tiempo desde que la bomba comience a extraer agua.
El análisis de una muestra de agua proporciona la siguiente información: pH, Conductividad Eléctrica, Cationes (Calcio, Magnesio, Potasio, Sodio), Aniones (Nitratos, Sulfatos, Bicarbonatos, Carbonatos, Cloruros) y Micronutrientes (Fierro, Zinc, Manganeso, Cobre y Boro), siendo los valores considerados normales para un agua de riego los siguientes:
Tabla 1. Valores considerados normales en un análisis de aguas para riego.
Veamos ahora como se interpreta la información proveniente de un análisis de agua de riego:
- Conductividad eléctrica (CEa):
Determina la capacidad del agua de conducir la electricidad, aumentando a medida que aumenta la concentración de sales, y expresándose en dS/m (deciSiemens por metro). Existe una relación directamente proporcional entre la CEa y la salinidad del agua, a medida que aumenta la CEa, aumenta la salinidad del agua analizada. Cuando no se dispone de conductímetro se toma como referencia la concentración de sólidos solubles (TSD), como parámetro de determinación de la salinidad del agua de riego.
A medida que aumenta la salinidad que aporta el agua de riego, se produce un aumento de la presión osmótica alrededor del sistema radicular, dificultando la absorción del agua, llegando hasta unos niveles donde la concentración de sales en el exterior de las células es mayor que la que existe en el interior, lo cual provoca una plasmólisis parcial de las células y consecuentemente la deshidratación de la planta.
Interpretación de los resultados:
- Sodicidad (Relación de Adsorción de Sodio (RAS)):
Compara la relación de sodio con respecto a otros cationes (Ca+2 y Mg+2). La importancia de determinar el RAS radica en que una alta concentración de sodio en el agua de riego afecta negativamente a la estructura del suelo, dispersando las arcillas y reduciendo la infiltración. La determinación del RAS (relación de adsorción de Sodio) o SAR (siglas en inglés), nos informa de la proporción relativa en que se encuentra el sodio respecto al calcio y magnesio, cationes divalentes que compiten con el sodio por los lugares de intercambio del suelo. Según Richards et al., (1954) viene determinado por la siguiente fórmula:
Interpretación de los resultados: La interpretación de los datos de SAR se tiene que realizar juntamente con la conductividad eléctrica.
Cuando el riesgo de sodicidad es de moderado a alto, necesitamos una solución específica que prevenga y controle la presencia de sodio en la solución del suelo (agua de riego-suelo). Herosal, es un corrector a base de calcio complejado con materia orgánica destinado a la corrección de las aguas sódicas. Su aplicación recupera o evita la degradación de la estructura natural de la arcilla, desplazando los iones sodio (Na+) del complejo arcillo-húmico por el calcio.
- Toxicidad de iones específicos:
Algunas sales, cuando se acumulan en cantidad suficiente, resultan tóxicas para los cultivos u ocasionan desequilibrios en la absorción de nutrientes. Veamos a continuación las principales:
1. Cloruros: Son nutrientes para las plantas, pero que se necesita a una concentración baja y es muy fácil sobrepasar el límite de tolerancia de la planta a este elemento, produciendo fitoxicidad. Cuando aumentamos la concentración de cloro en la solución del suelo, aportándolo con el agua de riego, las plantas toman dicho cloro en vez de los nutrientes aniónicos esenciales, afectando al desarrollo normal de las plantas y produciendo una pérdida de rendimientos en los cultivos.
Interpretación de los resultados:
2. Sodio. Además de afectar negativamente a la estructura del suelo, el sodio es un inhibidor del crecimiento de las plantas, debido a que compite directamente en la absorción de cationes por parte de las plantas, produciendo deficiencias del resto de cationes.
Interpretación de los resultados:
3. Al igual que el cloro es un nutriente para las plantas, pero que se necesita a una concentración baja y es muy fácil sobrepasar el límite de tolerancia de la planta a este elemento, produciendo fitoxicidad.
Interpretación de los resultados:
4. Alcalinidad y pH del agua. El agua contiene carbonatos y bicarbonatos que son medidos como alcalinidad del agua, lo que afecta al pH del suelo a largo plazo. Cuando la alcalinidad del agua es alta, el suelo recibirá una gran cantidad de carbonatos y bicarbonatos, como si se le agregara caliza, y esto causará que el pH de la solución del suelo ascienda. El pH de la solución del suelo es un dato muy importante para llevar a cabo una nutrición adecuada de las plantas, debido a que determina la disponibilidad de los nutrientes que están presentes en el suelo y los que son aportados por los fertilizantes. Como regla general, se puede establecer un rango de pH de 6,5 a 7,5 como óptimo de disponibilidad de nutrientes para la planta, es decir, un pH alrededor de la neutralidad.
La alcalinidad es alta cuando es mayor a 150 ppm (CaCO3). Para corregirla se debe inyectar ácido en el agua para reducir la alcalinidad hasta un intervalo deseado. La alcalinidad menor que 40 ppm (CaCO3) es baja, por lo que debe usar fertilizantes con poco o sin nitrógeno amoniacal.
5. Es básicamente la suma de las concentraciones de calcio y magnesio del agua, expresadas grados hidrotimétricos franceses (ºF). El calcio y el magnesio son ambos nutrientes esenciales para las plantas y una adecuada concentración de ambos elementos del agua son un beneficio. Sin embargo, cuando la dureza del agua es demasiado elevada, en el sistema de riego podrían producirse precipitaciones de sales, de calcio y de magnesio.
Interpretación de los resultados:
Una vez revisada toda la información proveniente de un análisis de agua, debemos decidir la idoneidad del agua de riego para nuestro cultivo y las medidas correctivas a tomar si fueran necesarias. Para ayudaros en la toma de decisiones, siempre podrás ponerte en contacto con nosotros a través del e-mail departamentoagronomico@herogra.com.
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