Entrevista a Juan Romero, presidente de Herogra, en Granada Económica

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La clave para alcanzar un siglo de existencia es saber amoldarse a las necesidades del mercado

– Pocas empresas andaluzas llegan a cumplir un siglo. En el caso de Herogra, ¿se puede vincular su dilatada existencia con el éxito en la producción o más con la gestión? ¿Cuáles son las claves de este largo recorrido?
– Conseguir cien años como empresa es un logro, máxime si se toma en cuenta que siempre nos hemos dedicado a lo mismo. Y esto no es otra cosa que a alimentar las plantas, a crear fertilizantes. Cuatro generaciones dedicadas a esto es muy difícil de conseguir, porque el mercado ha cambiado mucho desde 1916. La clave de esto, de alcanzar un siglo de existencia, es saber amoldarse a las necesidades del mercado, del sector primario. Hemos pasado por distintas etapas: desde la comercialización en los inicios a la especialización de productos, líquidos en particular. Y todo ello con una fabricación de productos en los que la investigación y el desarrollo han tenido un peso muy importante. Y de cara al futuro, nuestra filosofía pasa por la cristalización en los fertilizantes. Es decir, apostar por el abono más sofisticado que existe, ya que no llevará ningún tipo de impureza.
– Herogra es un grupo cuya estructura le permite vender productos en 60 países. ¿Qué queda de la pequeña empresa que nació hace un siglo?
– Pues lo más fundamental: la experiencia y el conocimiento. Hay productos que nunca han cambiado en el área agrícola, como el sulfato amónico, que es uno de los más punteros que tenemos. Hay otros que hemos variado, como los super-fosfatos tradicionales. También tenemos las enmiendas orgánicas que se utilizan todavía. Todo ello es lo que queda de la actividad inicial de Herogra. Hoy estos productos han derivado hacia otros que mantienen, en esencia, lo que las plantas -como los humanos- necesitamos para vivir, que es nitrógeno, fósforo y potasio.
– ¿En qué momento se encuentra la construcción de la nueva planta de abonos cristalinos?
– Está en la última fase. Vamos retrasados en unos meses y nos encontramos en un periodo de pruebas de obtención plena de resultados, que están saliendo, pero lo que nos queda por concluir es el rendimiento, para que este sea satisfactorio. Calculo que nos restan unos cinco o seis meses más para estar operativos.
– La investigación es un factor estratégico para la empresa por lo que nos acaba de decir. ¿Cuáles van a ser las líneas de actuación en los próximos años?
– En este grupo la I+D+i es fundamental, una de las cuestiones que no se han apreciado en este sector pero a la que nosotros le hemos dado el valor que tiene. Hemos invertido todos los años entre el 3% y el 4% de los resultados en este campo y por ahí es por donde queremos seguir. Proyectos hay bastantes y todos ellos están relacionados con el trabajo en esta materia. Aparte de los cristalinos que ya hemos mencionado, tengo que decir que hemos apostado fuerte por combatir una enfermedad, un hongo, que ataca las raíces de los olivos y los llega a secar. Este asunto es de relevancia en Andalucía. Estamos en plena fase de desarrollo y parece que con buenos resultados, porque esta enfermedad es tan grave que a pesar de que se quite el olivo enfermo el nuevo vuelve a ser atacado. De ahí la trascendencia de poder acabar con este hongo.
– El modo de cultivo tradicional de toda la vida se ha ido sustituyendo por técnicas y productos como son los nuevos compuestos fertilizantes, los cultivos hidropónicos, los vegetales modificados genéticamente… ¿Vamos a ver en poco tiempo como la agricultura va a cambiar sustancialmente?
– Es obligatorio. Las necesidades de alimentación aumentan en todo el planeta y la meta es cubrir las mismas. Transgénicos, nutrientes con resultados mucho mayores para las plantas, altos rendimientos en las semillas, riegos localizados… es el camino que tenemos que seguir. La producción tiene que crecer sin más remedio.
– ¿Por qué, entonces, en una provincia agrícola como Granada el sector primario sigue teniendo un peso muy inferior en el PIB al de servicios, construcción y otros?
– Desgraciadamente, la agricultura no depende tan solo de la ciencia. La climatología tiene un factor decisivo, las propias características de la tierra de cada zona, de cada comarca, y esta provincia por sus circunstancias tiene hándicaps adversos para el sector. Dependemos de un clima muy extremo y de momento, no está en nuestras manos cambiarlo. Competimos con otras zonas de Andalucía con mayores ventajas en este ámbito.
– La industria agroalimentaria, que se nutre del sector primario, ¿puede tener mayores expectativas de crecimiento?
– Desde luego. Este sector no está parado, aunque nos hayamos volcado mucho en el aceite de oliva. Todos estamos haciendo un gran esfuerzo. Espero que los resultados acompañen en el futuro.
– ¿Se le ha quedado pequeño el mercado nacional y europeo a Herogra y por ello han dado el salto a otros mercados?
– El fertilizante tiene un máximo donde la logística es muy importante. Vender lejos del sitio de producción es complicado. La tecnología nos ha permitido simplificar este problema. Nosotros lo que más exportamos no son los tradicionales, sino los más  avanzados tecnológicamente, en forma de geles -no son sólidos ni líquidos- que permiten viajar a todos los continentes. Ese es nuestro camino y esa es nuestra meta.
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