Fertilización de Fondo en los cereales de invierno

Fertilización de Fondo en los cereales de invierno

Los cereales de invierno botánicamente pertenecen a la familia de las gramíneas o Poaceae y se caracterizan por tener tallos cilíndricos, comúnmente huecos, interrumpidos por nudos y hojas alternas que brotan de ellos y abrazan el tallo. Agronómicamente son plantas cultivadas por su grano y se suelen sembrar en invierno, se desarrollan principalmente en primavera y se cosechan al inicio del verano. Los cereales de invierno cultivados más importantes son el trigo, la cebada y la avena.

La fertilización del cereal de invierno se realiza para aportar los elementos nutricionales esenciales para el desarrollo del cultivo que el suelo no es capaz de aportar en una cantidad adecuada. Estos elementos nutricionales se pueden dividir en macronutrientes primarios (nitrógeno, fósforo y potasio), macronutrientes secundarios (magnesio, calcio y azufre) y micronutrientes (manganeso, cobre, cloro, molibdeno, zinc, hierro y boro), dependiendo de la capacidad de captar cada uno de ellos. Aunque la cantidad que necesita la planta de cada uno de ellos es diferente, todos son fundamentales y la falta o exceso de alguno de ellos produciría problemas en el correcto desarrollo del cultivo (Ley del mínimo).

Para conocer la cantidad de nutrientes que debemos aplicar al cultivo, debemos conocer el nivel de fertilidad o estado nutricional del suelo y la extracción de nutrientes que realiza el cultivo, separada por cada fase de desarrollo y dependiendo de la producción final esperada (Tabla 1). Utilizar cantidades inadecuadas, inferiores o excesivas de algún nutriente nos aleja de conseguir el objetivo del abonado, que es adecuar la incorporación de nutrientes a las necesidades de los cultivos maximizando el aprovechamiento de éstos.

Tabla 1. Extracciones medias de nutrientes de los cereales de invierno. Guía práctica de la fertilización racional de las plantas. MARM (2011). 

Cereales de invierno kg/1000 kg de grano producido
N P2O5 K2O CaO MgO S
Trigo 28-40 11 -15 20-35 05-07 3,5-5 5,2
Cebada 24-28 10-12 19-35 10 5,2 4,1
Avena 24-30 10-14 23-35 6,1

El estado nutricional del suelo es determinado mediante un análisis de suelo y para la interpretación de éste podemos utilizar la Tabla 2 y la Tabla 3, en las cuales podemos encontrar una clasificación que nos permite conocer el nivel de fertilidad del suelo. Esta clasificación tiene en cuenta tanto la textura, como los diferentes niveles de fósforo y potasio que nos podemos encontrar en el suelo. Dependiendo de la clasificación obtenida, deberemos de aumentar o reducir las aportaciones de estos nutrientes, multiplicando por el factor de corrección indicado en la Tabla 4.

Tabla 2. Clasificación de los suelos teniendo en cuenta la textura y el nivel de fósforo presente. INIA, 2009.

Fósforo (ppm) Arenoso Franco Arcilloso
Muy bajo 0-4 0-6 0-8
Bajo 05-08 12-20 09-16
Medio 09-12 13-18 17-24
Alto 13-20 19-30 25-40

Tabla 3. Clasificación de los suelos teniendo en cuenta la textura y el nivel de potasio presente. INIA, 2009.

Potasio (ppm) Arenoso Franco Arcilloso
Muy bajo 0-60 0-80 0-100
Bajo 60-120 80-160 100-200
Medio 120-180 160-235 200-300
Alto 180-300 235-390 300-490

Tabla 4. Factor de corrección en función de los niveles de fósforo y potasio.

Factor de corrección en función de los niveles de fósforo y potasio
Muy bajo 1.5
Bajo 1.3 – 1.4
Medio 0.8 – 1.2
Alto 0.1 – 0.7
Muy alto 0

Para poder dar una recomendación general de abonado de fondo, también debemos tener en cuenta lo que llamamos el abonado de restitución. Es decir, aportar al suelo los nutrientes que va a extraer el cultivo, más unos incrementos por bloqueos, lixiviación, o erosión. Por supuesto, dependiendo del cultivo, de la producción esperada y del cultivo precedente.

En el abonado de fondo es recomendable aplicar todo el fósforo y el potasio necesario para cubrir las necesidades del cultivo y aproximadamente 1/3 de las necesidades totales de nitrógeno. En la Tabla 5 presentamos una orientación para la aplicación de los nutrientes necesarios que debemos aplicar en el abonado de fondo, teniendo en cuenta las extracciones y consideraciones que debemos tener sobre el abonado de fondo de los cereales de invierno a excepción del análisis de suelo.

Tabla 5. Recomendaciones de abonado de fondo para los cultivos de cereales de invierno. ANFFE (2010).

Producción (kg/ha) Abonado de fondo (kg/ha)
N P2O5
Hasta 2.000 15-20
2.000 – 3.000 20-25
3.000 – 4.000 25-35
Más de 4.000 35-40

 

Una vez conocida la cantidad de cada uno de los nutrientes que es necesario aportar para nutrir adecuadamente los cereales de invierno, debemos definir el tipo de fertilizante que vamos a utilizar. Dependiendo de la eficiencia del fertilizante elegido y del método de aplicación utilizado, podemos calcular la dosis adecuada de fertilizante para cubrir, de manera óptima, las necesidades del cultivo.

Una característica importante para determinar la eficiencia y la calidad de los fertilizantes sólidos es la solubilidad en agua del fósforo que aparece en su composición. Esta característica es muy importante, debido a que el fósforo tiene que estar disuelto en la solución del suelo para que pueda ser absorbido por las raíces de la planta. Por ello, siempre es aconsejable elegir fertilizantes de calidad, solubles, seguros y carentes de metales pesados o elementos innecesarios, que pueden ser perjudiciales para el cultivo y el terreno.

Herogra Fertilizantes, cumpliendo con su objetivo de dar soluciones nutricionales altamente efectivas, pone a disposición de los agricultores diferentes alternativas de fertilizantes de aplicación de fondo para cereales de invierno. Dentro de estas alternativas encontramos fertilizantes sólidos y líquidos, con y sin inhibidores, que permiten adecuarse a las necesidades de cada agricultor:

Fertilizantes sólidos.

Herosol® Oro Fertilizantes de liberación prolongada mediante la acción de un inhibidor de la nitrificación, que son incorporados directamente al suelo.
NEO® Fertilizantes estabilizados y optimizados mediante un inhibidor de la ureasa.
Fosfosol® Fertilizantes especiales para suelos ricos en potasio.
Herosol® Fertilizantes fabricados a medida, utilizando las mejores materias primas, para adecuarse a las necesidades de todos los cultivos y suelos.

Fertilizantes líquidos. Para su aplicación directa al suelo mediante pulverización/inyección usando maquinaria especializada.

Fertigota® Lent Fertilizantes líquidos claros con inhibidor de la nitrificación y pH neutro.
NeoLent Fertilizantes líquidos claros con inhibidores de la nitrificación y de la ureasa y pH neutro.
Fertigota® Fertilizantes líquidos de alta concentración (solución saturada o suspensión) fabricados a medida, utilizando las mejores materias primas, para adecuarse a las necesidades de todos los cultivos y suelos.

Para más información, consulte con nuestro responsable de Herogra Fertilizantes en la zona, o póngase en contacto con nosotros a través del e-mail departamentoagronomico@herogra.com.

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